Barcelona: las ciudades portuarias fascinan desde épocas remotas.


La ciudad de Barcelona inseparable y bañada por el mar mediterráneo. Desde sus orígenes, tuvo un entorno natural y después puerto siendo la puerta de entrada de viajeros y mercancías. 

El emplazamiento portuario en la antigüedad aprovechaba, esencialmente, las condiciones naturales de la costa. En el siglo XIII, después de superar largos periodos de crisis y decadencia, Barcelona era una gran ciudad, una importante capital mediterránea que destacaba por su carácter cosmopolita y emprendedor. Barcelona desarrolló una intensa actividad mercantil y comercial. 

El auge económico y el crecimiento poblacional tuvieron importantes efectos sobre la estructura y la morfología de la zona portuaria lindante con el área urbana. Posteriormente el puerto de Barcelona se tuvo que enfrentar a cambios que alteraron profundamente la línea de costa obligando a constantes reordenaciones del puerto y la ciudad alrededor del mismo. Con el tiempo el aumento del número de barcos y el tamaño de los mismos obligaron al puerto a disponer de mayores espacios al abrigo del oleaje. 

El derribo de la Muralla de Mar construida en el s. XVI es la acción que dará paso a un nuevo encuentro de la ciudad con el mar.

Los puertos, como lugares de desarrollo de distintas actividades comerciales, turísticas, o deportivas, determinan la configuración de las ciudades portuarias. El Frente Marítimo de Barcelona, siempre se ha caracterizado por dos tramos muy diferentes entre sí: el tramo que corresponde a la actividad portuaria y aquel asociado a actividades ciudadanas.

En la actualidad, la conversión del Port Vell a Puerto Urbano con distintos espacios de acceso peatonal con zonas comerciales y lúdicas se ha convertido en un atractivo más de la ciudad.


Aunque a ciertas horas del día por la zona se incrementa bastante el número de turistas, me parece un rincón muy gratificante para relajarse, pasear, y soñar con un viaje por mar viendo los barcos pasar. El Port Vell conserva edificios y elementos que forman parte del patrimonio histórico de la ciudad como la Torre del Rellotge. Este fue el primer faro del puerto de Barcelona construido en 1772


 
Barcelona, combina entre sus calles, lo tradicional con lo moderno. Más allá de los consolidados iconos turísticos conocidos mundialmente hay muchas formas de conocer una ciudad. Para llevarnos de Barcelona un especial recuerdo que nos acompañara siempre en la memoria hay que reservar un par de días para dedicarlos a recorrer sus calles, mirar con detalle las ventanas, puertas y fachadas de los edificios históricos menos conocidos y explorar los rincones menos transitados. 

Barcelona, es una ciudad cosmopolita de gran riqueza arquitectónica y muy bien comunicada. Por su estratégica situación, se puede llegar por todos los medios de transporte modernos conocidos. A pocos kilómetros del centro urbano se encuentra el aeropuerto de Barcelona - El Prat.

7 comentarios:

  1. Es que las zonas portuarias dan mucho de si para fotografiar.
    Un abrazo:)

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  2. el mar... un lugar para unos buenos retratos :)

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  3. Tú sabes que una de mis visitas inexcusables el día que vaya es a las reales atarazanas, el puerto fascina como puerta a otro mundo, la puerta de llegada de otras gentes y otras ideas.
    Un abrazo

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  4. Unas fotografias preciosas Andrés, una luminosidad perfecta. Y es verdad que las ciudades con puerto tienen mucho atractivo, quizás por ese halo que nos da el amor de lejanía y aventura y de posibilidad de conocer otros horizontes. En Madrid echamos mucho de menos el mar y tenemos que conformarnos con un rio, con playa, eso si jejeje. Un beso,

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  5. Barcelona de cara al mar también es una delicia

    Abrazos

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  6. Hola a tod@s.
    Muchas gracias por la visita y los comentarios.
    Un saludo

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  7. São precisamente fotogênicas essas zonas.

    Beijos, guapo.

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